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Sí, ya está claro que todos serán como uno solo. ¿Es verdad? Aquellos que tienen un hijo o ningún hijo pueden pensar de esta manera. No todo es tan simple, incluso si una familia y los valores en ella no cambian. Primero debe comprender que las personas (léase, los padres) cambian con el tiempo. Se acumulan experiencia y conocimientos, se perfeccionan las habilidades, etc. Cuando nace tu primer hijo, hay mucho miedo, incertidumbre y nerviosismo excesivo. Con el segundo ya es más fácil, ya se sabe y se entiende mucho. Con el tercero, los padres se volvieron aún más experimentados, más sabios y la capa extra de miedos y preocupaciones desapareció. Incluso utilizando un modelo de educación aparentemente idéntico, comprenderá que cambiará con el tiempo tanto como las personas mismas. Las pequeñas asperezas del modelo se suavizan con nuevas experiencias y conocimientos. Resulta que estamos haciendo lo mismo, pero en relación, por ejemplo, con un segundo hijo, seguirá siendo un poco diferente. Y aunque alguien tenga dudas, diciendo que todo sigue igual, entonces además de esto intervienen otros factores. Temperamento, carácter, género, relaciones familiares, etc. Todo esto también afecta a la crianza de los niños. Y un hecho simple: no hay dos personas iguales, nadie lo ha cancelado. Todos somos diferentes, todos somos únicos. Por eso, no intentes que todos sean iguales. Cada niño es único, con sus propias características. Cada uno necesita su propio enfoque. Piensa en el hecho de que deberías ayudarles a crecer como personas independientes, y no en que todos deberían comer gachas, acostarse a las 20:00 y, por supuesto, convertirse en abogados. Por supuesto, todos los niños de una misma familia tendrán algo en común. pero luego cada uno seguirá su propio camino, si cambiamos el enfoque de criar a los niños de la misma manera a simplemente inculcarles los mismos valores humanos universales, entonces, en mi opinión, será mucho mejor. Es necesario educar no con las mismas palabras, prohibiciones, castigos, sino con buenos ejemplos, acciones, reacciones ante diversos acontecimientos. Es muy deseable que los propios padres sigan este ejemplo. Y a esto se suman los héroes de libros, películas, dibujos animados. Al fin y al cabo, los niños crecen imitándonos a nosotros, sus padres. Las palabras no son tan importantes como las acciones..