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A veces algo se nos anuncia de forma muy agresiva, hasta el punto de que empieza a provocar rechazo. No hace mucho me encontré con un estudio que demostraba que un habitante de una metrópoli no ve ni oye. menos de seis mil anuncios. Como resultado, la gente se acostumbra y filtra el flujo de esta información innecesaria. Y los creadores de publicidad idean nuevas formas de llamar la atención sobre su producto. En algunos casos, la publicidad es tan intrusiva que ya no existe el deseo de conocer el producto. La situación también es difícil en el mercado de los servicios psicológicos. Hay tantos psicólogos, es imposible contar el número de universidades que anualmente gradúan a decenas, o incluso cientos, de psicólogos de diferentes niveles. Y aunque no todos permanecen en la profesión, quienes deciden trabajar se enfrentan a la necesidad de publicitar sus servicios. Alguien demuestra sus cualidades profesionales y el boca a boca funciona. Y algunas personas invierten en publicidad e incluso recurren a los servicios de anunciantes profesionales. A primera vista, el boca a boca sobre un profesional es un escenario más positivo. Pero el problema es que no siempre existe la oportunidad de demostrar tu talento en alguna parte. La desventaja de los anunciantes profesionales es que utilizan técnicas probadas y no siempre sienten el estado de ánimo de la audiencia, lo que no siempre es posible para un diagnosticador visual profesional. Sólo queda desear que todos los destinatarios de la publicidad y consumidores potenciales del producto anunciado no se rindan y analicen la situación por sí mismos. Mire el producto ofrecido tanto desde el punto de vista de indicadores objetivos como a través de sus propios sentimientos: es mi producto o no y decida, independientemente de la publicidad, tomarlo o buscar otra cosa..