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La cultura se protege de la agresión, pero no enseña cómo manejarla. Como resultado, se castiga a sí mismo, provocando enfermedades del sujeto a nivel del alma y del cuerpo. La atracción por la agresión o la “atracción por obtener satisfacción” del mundo exterior hostil (A. Adler) ha tenido lugar en todo momento. Sin embargo, se crearon las condiciones para eliminar la energía agresiva, ya sea la conquista de nuevas tierras, batallas de caballeros, etc. Hoy en día, mucho está permitido y al mismo tiempo mucho está prohibido. La cultura moderna, con una mano, fomenta arrebatos incontrolables de ira con el apoyo de los medios de comunicación, y con la otra condena al sujeto individual, imputándole remordimientos de conciencia. Como resultado, se produce un complejo de defensas del sujeto con el fin de proteger su espacio mental. Como efecto secundario: un conflicto interno con sus singulares consecuencias. Desde la época de S. Freud hasta el día de hoy, no hay consenso sobre los mecanismos de formación de los impulsos agresivos y, por tanto, sobre las posibilidades de su transformación. La investigación moderna es que comenzaron a separar los conceptos de “agresión” y “agresión”. La agresión es una acción, un acto de realización de la agresividad. No toda acción agresiva nos habla de la agresividad del sujeto, y no toda agresividad se expresa en una acción externa.3. Freud creía que la agresión es una predisposición humana original e independiente y está directamente relacionada con la energía sexual. “Afortunadamente, los instintos agresivos nunca existen por sí solos, sino que siempre van asociados a instintos eróticos. Estos últimos, en las condiciones de una cultura creada por el hombre, pueden suavizar y prevenir muchas cosas” (S. Freud, “Introducción al psicoanálisis. Conferencias Las pulsiones agresivas son reprimidas por el sujeto debido a la introyección de normas culturales, mientras que la agresión). Puede manifestarse tanto externamente como en forma de rigidez masoquista del Superyó. Los mecanismos de los impulsos agresivos son inconscientes y surgen problemas cuando la agresión no encuentra expresión simbólica. Al suprimir y negar los impulsos agresivos mediante la prohibición y la propaganda del amor universal, la sociedad deja al sujeto solo con la atracción destructiva. ¿Tiene problemas para expresar sentimientos agresivos? ¿Eres silencioso y paciente? Contáctanos, encontraremos motivos y nuevas formas de interacción con las emociones desagradables..