En mi trabajo, hay algunos temas que trato de ser extremadamente cuidadoso al discutir. Uno de estos temas es la motivación. La motivación hoy, en muchos casos, es lo correcto en un contexto completamente equivocado. ¿A qué llamo motivación, contexto y qué es la motivación real? Es hora de aclarar tu posición. No creo en afirmaciones, visualizaciones y autohipnosis. ¿Por qué? En primer lugar, ¿qué es la motivación? Este es mi motivador, lo que me hace actuar, esta es la razón por la que hago lo que hago. Entonces, ¿cómo pueden mis palabras (afirmaciones) ser una verdadera motivación? ¿Cómo puede motivarme visualizar mis objetivos si todo es mucho más brillante en mi imaginación, y cómo puede la autohipnosis, es decir, el autoengaño, ser un motivo para actuar? A todo esto lo llamo motivación artificial, es decir, el hecho de que me obligo a hacer algo. En segundo lugar, en la gestión existe la satisfacción intensa. Esto significa que el proceso de trabajo en sí me produce placer, y factores de recompensa externos como el dinero, el estatus y la posición son efectos secundarios de lo que hago. Es decir, cuando logro mis metas, debo divertirme, porque maldita sea, logro mis metas y no aro por arar, así que no entiendo cómo lograr metas no puede traer placer. E incluso si sucede (no lo niego) que puede ser muy difícil, entonces la única motivación correcta será, centrarse en la meta, vencerme a mí mismo, volver a sentir placer porque logro mi objetivo. En tercer lugar, incluso si trato de motivarme con motivación artificial, solo tendrá un efecto a corto plazo y, además, puedo dejarme llevar y buscaré constantemente estos motivadores, de hecho, simplemente me permitiré desenfocarme en lugar de avanzando hacia la meta. La autohipnosis no es más que un autoengaño (Napoleon Hill lo admitió en su bestseller "Piense y hágase rico"), pero no tuvo en cuenta una cosa, nuestro cerebro somos nosotros y saca conclusiones basadas en experiencias reales. y si no tuviera mucho dinero en sus manos, NUNCA creería que soy rico!