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Cuando negocio los límites de la terapia, le pido al cliente que sea honesto conmigo acerca de los sentimientos que evoco en él. Incluso si lo molesto. Y esto es muy importante. Ahora te diré por qué. En las relaciones ordinarias, cuando mostramos agresión, normalmente nos encontramos con reacciones que no nos permiten reaccionar ecológicamente. O no respondemos a ello en absoluto. Pero en terapia esto es posible. Puedes decir: “Ahora estoy enojado contigo” y no esperar acusaciones como respuesta, pero ver que también te acepten de esa manera. Que puedes enojarte mucho por algo aparentemente trivial y se vuelve más fácil. Y esto es mejor que llevar dentro de ti la ira reprimida. Lo principal es expresarlo correctamente. Y esto también lo estamos aprendiendo. Pero expresar agresión hacia el terapeuta es importante no sólo por este motivo. La relación terapéutica es tan importante como cualquier otra. Y es necesario trabajar en ellos con la misma diligencia. O tal vez incluso más, porque depende de qué tan bien adaptes tu nueva visión del mundo a tus antiguas conexiones sociales. Entonces, si está enojado con el terapeuta, pero por alguna razón no puede expresarlo, piense en cómo maneja la agresión en la vida cotidiana. Si es así, entonces será un gran paso para que expreses lo que normalmente permanece profundamente oculto. Intenta empezar, pide ayuda a un terapeuta. Y te sorprenderá lo útil que será esta experiencia en la vida real. Pero si, por el contrario, en la vida ordinaria expresas agresión fácilmente, pero con un terapeuta no puedes, entonces comienza tu historia con él con esto. Este será un trampolín para usted en su trabajo y, créame, este tema le dará mucho que pensar. Un psicólogo sabe cómo trabajar con la agresión, incluida la agresión dirigida a uno mismo. No tengas miedo de ofenderlo o destruirlo: es resistente. Explorarán sus sentimientos juntos y puede resultar que no esté enojado con él, sino con esa parte de él que le recordó a algún otro importante que le hizo lo mismo una vez. Esta reacción se llama transferencia o transferencia. Y aquí, como parte de la terapia, podrás reaccionar ante tu agresión de una manera completamente diferente. La agresión se debe principalmente al hecho de que fuimos heridos. Ya sea a propósito o no, es otra cuestión. Pero la agresión es la guardiana de nuestras fronteras. Y si no aprendemos a escucharla, ¿quién más nos dará una señal tan clara de que alguien está husmeando en nuestro espacio personal sin jabón??