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"Katya, apurémonos, de lo contrario llegaremos tarde", pregunta mi madre por tercera vez, y Katya se viste cada vez más lentamente. Una imagen familiar, ¿no? Usan palabras ofensivas y, en ocasiones, palmadas en la cabeza. Alguien en tales situaciones, empujando constantemente, todavía obliga al niño a terminar lo que comenzó. Alguien decide: “Prefiero hacerlo todo yo misma”, dejando al bebé en espera pasiva... La escuela. Lección. Le hicieron una pregunta a Alyosha, de quinto grado, y Alyosha se puso de pie y miró al techo, inmerso en sus pensamientos. La maestra finalmente dice: “¡Siéntense dos!” La lección continúa como de costumbre y, de repente, la respuesta aparece claramente en la cabeza de Aliosha. Él extiende su mano: “¡Me acordé!” El maestro lo rechaza con un gesto: "Es demasiado tarde". Este tipo de situaciones se pueden encontrar a menudo en nuestras vidas. Sin embargo, ni las rabietas de los adultos ni sus peticiones darán nada. Para que padres y profesores encuentren las tácticas adecuadas para tratar con niños lentos, deben comprender las razones de esta lentitud. Y las razones pueden ser más profundas de lo que parece a primera vista. En algunos niños, la lentitud puede estar asociada con características del sistema nervioso, en otros, con cambios orgánicos en la estructura del cerebro, como resultado, por ejemplo, de una lesión en el nacimiento. A veces, el ritmo y el ritmo de la actividad de un niño cambian debido a un clima desfavorable en la familia o relaciones conflictivas entre familiares. La lentitud también puede ser una fase normal del desarrollo de un niño. Después de un tiempo, después de haber cruzado cierta "línea" de edad, comienza a "moverse" más rápido. Es mejor confiar la identificación de las causas de la lentitud a especialistas: pediatras, neurólogos pediátricos, psicólogos. Pero, cualesquiera que sean las razones, existen “reglas” que ayudarán a los padres y a sus hijos lentos a vivir juntos. ¡No hagas daño! Apresurarse y empujar a la multitud no sólo es inútil, sino también perjudicial. No trabajará más rápido; al contrario, el ritmo será aún más lento. Pero al apresurar constantemente al niño, creamos las condiciones para el desarrollo de la neurosis en él. A menudo prestamos más atención a la lentitud que al éxito real del niño. ¡Asegúrese de celebrar los éxitos y éxitos de su bebé! Enséñele a su hijo a usar un reloj. Los niños en edad preescolar no tienen una idea precisa del tiempo. Por tanto, la petición de darse prisa para llegar a tiempo a algún lugar les resulta incomprensible. Enséñale a tu hijo a utilizar un reloj, al menos como primera aproximación: “Cuando la flechita llegue a las 9, tendremos que salir de casa”. Y será mucho más fácil para ti, porque el niño tendrá una idea mucho mejor de lo que quieres decir cuando dices “a tiempo”. Alaba tu fuerza de voluntad. Di "¡bien hecho!" cada vez que el bebé era lo suficientemente ágil. Aprecio todo lo que hizo rápidamente. Si a un niño le apasiona jugar o ver dibujos animados, no interrumpir bruscamente; es mejor avisarle con antelación que no cambie una actividad por otra: “En cinco minutos apagamos la tele y nos vamos a cenar”. ¡Alentar! Si su hijo tarda demasiado en preparar la tarea, cree su propio sistema de recompensas por la velocidad. Por ejemplo, marca en el calendario con estrellas de colores los días en los que tu hijo logró completar sus deberes más rápido de lo habitual. Acuerde cuántas estrellas recibirá el niño como regalo. El estímulo funciona mejor. Después de todo, si en el trabajo te dicen que cuando completes una tarea recibirás una buena bonificación, ¡el trabajo estará en tus manos! ¡Calma! Otra característica de los niños lentos es la dificultad para cambiar a una nueva actividad. Por ejemplo, le explicaste matemáticas y al mismo tiempo decidiste comprobar cómo aprendió el niño el idioma ruso. La respuesta puede molestarte. Pero el hecho es que el niño simplemente no tuvo tiempo de pasar de un tema a otro. Repita la pregunta nuevamente y hable más despacio, y su estudiante lo hará bien. ¡Recuerde que cualquier prisa conducirá a una desaceleración aún mayor! Un paso adelante. Analiza en detalle todo lo que tu hijo no ha aprendido en clase. Mejor aún, eche un vistazo al material que está por llegar..