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El amor no se mancha con la amistad. El fin es el fin. Erich María Observación. El caballo murió. Bajar. Antigua sabiduría india. Es posible que el jinete no siempre comprenda inmediatamente que el caballo está muerto, por muy obvio que sea este hecho para quienes observan desde fuera. Los observadores convencerán con simpatía al desafortunado jinete de que se baje del cadáver, siga adelante sobre sus propios pies o, finalmente, elija a otro amigo de cuatro patas. Sin embargo, durante mucho tiempo intentará reanimar el cuerpo sin vida del pobre animal por todos los medios a su alcance, temeroso de aceptar lo obvio: el caballo está muerto. La antigua sabiduría india sobre la muerte prematura de un caballo se ha convertido en una alusión al final de una relación y a la falta de comprensión de esta por parte de uno de los participantes en la relación. O incluso ambos. Da miedo bajar. No está claro qué sucederá en este mundo aterrador, enorme e indiferente a mi destino. ¿Y si nunca más y sin nadie? ¿Qué pasa si esto no es un cadáver en absoluto, sino simplemente una crisis? Y si todos los medios y medidas de reanimación disponibles no ayudan, entonces tal vez simplemente no sean lo suficientemente eficaces y ¿es posible hacer algo más? Sólo bájate. Sin embargo, esto no es nada fácil. Puedes sentarte sobre un cadáver en descomposición durante mucho tiempo y pensar que así es la vida. Tranquilo, cómodo y seguro. Sentir que está empeorando, pero pretender que así sea. Tápate la nariz. Sólo bájate. Realiza una acción física. Deje que sus pensamientos y sentimientos sigan manteniendo su asiento en una silla tan familiar y sólida. Levante su asiento material desde allí. Vuelve a ponerte de pie. Da un par de pasos. Alejarse. Y mira a tu alrededor. Encuentra a aquellos que te ayudarán a sobrevivir. Amigos, familiares y por supuesto un psicólogo. Pero no un caballo nuevo, joven (o no tan joven). Por ahora. Y solo después de que haya pasado el tiempo, después de haber caminado con sus propios pies, haber sentido el suelo bajo sus pies y darse cuenta de que, en principio, puede moverse solo, podrá prestar atención a las manadas de caballos nobles que corren. Y trata de hacerte amigo de algunos de ellos. Sólo entonces podrás intentar traducir todos tus pensamientos “salvajes” sobre la posibilidad de mantener al menos algún tipo de relación con tu ex en esta nueva vida. Si aún lo necesitas por algún motivo. Por ejemplo, sigan siendo amigos. Aunque el viejo Remarque estaba categóricamente en contra...