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Una madre sin maternidad es un niño sin vida. El afecto mutuo entre un bebé y las primeras personas que lo cuidan (especialmente su madre) no es algo simple y banal: el amor de un bebé por su madre es tan fuerte como la conexión romántica más profunda. De hecho, este patrón de primer apego almacenado en la memoria ayuda al niño a tener relaciones íntimas sanas cuando sea mayor o, por el contrario, lo deja solo, enojado y ofendido por el mundo entero (en realidad, por su madre). El precio del amor es el dolor de la pérdida. Todo nuestro afecto (relaciones) se construye a partir de la experiencia adquirida con la primera y única persona importante, con la madre. Sin recibir sinceridad, en la experiencia infantil, nos dividimos en dos partes, en una sola. es madre, y la tengo, la amo, ella no está en el otro, y la odio, gritando internamente “búscame mamá y no me encuentres nunca”. Nuestras necesidades más importantes, amo a mi madre y quiero que ella me ame, están puestas patas arriba. No estamos hablando sólo de una madre que quiere hacer daño o abandonar a su hijo. Se trata también de la madre presente pero inaccesible. Cuál es y cuál no. Una madre sin maternidad es una madre ausente que puede brindar techo, alimento, pero no amor y calor. Si no recibimos nuestras cosas buenas en la infancia, nuestro mundo del amor fue destruido, o estamos solas o en constante búsqueda. La historia temprana se encuentra como un registro en el subconsciente y no es visible para nosotros. Por el momento caminamos en círculos hasta comprender la verdad de que es inútil buscar a mamá. Sólo entonces empezamos a vernos a nosotros mismos como socios de nuestra pareja y finalmente nos quedamos atrás de quienes nos rodean, pidiéndoles que satisfagan las necesidades de nuestros hijos. Nuestra vida pasa de las ruinas y los malentendidos a lo que hacemos con ella. Al mirar nuestras vidas, a menudo no vemos una salida, la desesperanza es creada por el miedo a la soledad. De él dependemos más que nada, es de él de quien tememos vivir nuestra vida. La vida es una elección, de confiar o verificar, de buscar o disfrutar. Es normal vivir y lesionarse, lo principal es tener un botiquín de primeros auxilios y saber utilizarlo..