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Todos conocemos o hemos vivido ese momento en el que, sin motivo aparente, de repente nos empieza a doler la cabeza, o empezamos a experimentar malestar general. Vamos al médico, pero no encuentra nada concreto y, lamentablemente, empezamos a sentirnos aún peor. Como resultado, resulta que estuvimos expuestos a mucho estrés, y esto nos provocó ansiedad, lo que deriva en malestar y malestar. ¿Qué tiene que ver este malestar con la ansiedad? ¿Por qué ocurre y cómo eliminarlo? Se trata de un fenómeno llamado somatización, que se cree que afecta a más mujeres que hombres en nuestra sociedad y que, si no se trata adecuadamente, puede provocar un trastorno de somatización o síntomas somáticos. La somatización se ha asociado en muchos casos con trastornos de ansiedad. En este sentido, se entiende la somatización como la transformación de síntomas cognitivos y cambios afectivos en verdaderas enfermedades físicas o enfermedades que se agravan o aparecen debido al estrés y/o altos niveles de ansiedad persistente. La implicación aquí es que los síntomas somáticos son expresiones afectivas en el plano físico. Así, la causa del trastorno de somatización es una enfermedad no tratada, generalmente asociada a trastornos de ansiedad o del estado de ánimo. Actualmente no existe una etiología específica y definida que explique por qué se produce este fenómeno, pero podemos concluir que existen diversos factores predisponentes que crean vulnerabilidad. él y que explican por qué a unas personas les sucede y a otras no. Veamos qué: Factores biológicos, como mayor sensibilidad al dolor. Factores genéticos. Patrón familiar: antecedentes familiares y personales de ansiedad o depresión. , menor sensibilidad para identificar y procesar emociones, personalidad ansiosa o neuroticismo. Factores ambientales: acontecimientos vitales estresantes recientes, desempleo, estrés social y reforzadores sociales que muestran quejas de angustia sexual o física infantil. La somatización se produce por la presencia de otra patología somática previa. Si estás cansado de esta condición, tu vida se ha vuelto aburrida, te sientes mal y esto no tiene fin; Si no sabes cómo afrontar la somatización, si además padeces otros trastornos como depresión o ansiedad, es importante acudir a un psicólogo clínico para frenar la somatización. Si es necesario, también se recomienda en estos casos un tratamiento mediante psicofarmacología para aliviar los síntomas de depresión o ansiedad. Una combinación de este tratamiento junto con la psicoterapia sería eficaz en tal situación. Otra tarea importante es la eliminación de estímulos sociales que intervienen directamente en el mantenimiento de la somatización..