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En tiempos de crisis y ansiedad en nuestras vidas, es muy importante dormir bien por la noche y volver al momento presente a través de la meditación. El sueño nos permite procesar la información del día, “ponerla” en nuestra mente para que el mundo no colapse. Y la meditación te permite sentir el cuerpo (a menudo en momentos de crisis, abrumado por la emoción), no "huir" hacia el futuro y el pasado, sino estar en el presente y seguir el momento presente. Además, la meditación a nivel fisiológico ayuda a calmarnos y nos da una metaposición que nos permite observar nuestros sentimientos y pensamientos sin identificarnos con ellos. La meditación también es una buena forma de conciliar el sueño si tienes problemas de sueño relacionados con la ansiedad. Sin embargo, la meditación también asusta, enoja y frustra muy a menudo. En primer lugar, su dificultad reside en la invisibilidad del resultado. A pesar de los beneficios científicamente probados de esta práctica, su hecho es muy prolongado, lo que significa que no lo notaremos pronto. En segundo lugar, la meditación con los ojos cerrados, un intento de liberarse de un trasfondo mental constante, puede sumergirlo en una situación traumática (. el cerebro ha decidido que es hora de procesarlo), enfadarse y provocar aburrimiento y somnolencia e incluso parecerse a la muerte, la ausencia del mundo y el miedo. Todo lo que surge durante la meditación es un material de análisis muy valioso, que puedes llevar a terapia o. profundiza en ello tú mismo. Durante el proceso, su psique puede informar emociones, pensamientos y sensaciones desagradables. Lo más probable es que estuvieran presentes antes, pero no se notaron, ya que tenías algo con qué distraerte y la meditación llamó tu atención sobre ellos. La meditación implica continuar a pesar de las experiencias difíciles. Esto se puede lograr aceptando el estado, porque lo que le sucede a nuestra psique en el proceso es parte del proceso, podemos observarlo sin intentar cambiar nada. Una de las observaciones básicas del proceso meditativo es que todo pasa, lo que significa que este estado también pasará; observe este proceso de cambio. Al observar cómo se comporta nuestra psique, sin intentar cambiar intencionalmente su comportamiento, llegamos a conocerla mejor. , lo que nos permite adaptarnos a ello. Cómo meditar: hay muchas formas. Para mí, la definición de meditación es un encuentro contigo mismo, en esto se parece a la terapia, solo que tomas la posición de un observador externo y no de un psicólogo. Si es importante para mí estabilizarme, moderar el flujo de mis pensamientos, volver al contacto con el cuerpo, entonces medito en la forma clásica estricta: sin sonido, preferiblemente en la misma posición durante toda la meditación, observo mi respiración. Si me distraigo de este proceso con uno mental, lo noto sin juzgar y vuelvo al proceso de observar la respiración. Finalmente, escaneo mi cuerpo. Otra forma es seguir la visualización en la meditación. Por ejemplo, imagínate en un lugar agradable. O conócete a ti mismo como un niño en la meditación. Lo interesante es que lo más valioso es recordar meditar cuando estás más emocionado. Si en este momento logras dedicar tiempo a la meditación, entonces la tarea que planeabas realizar debido a la regularidad adquirida podrás completarla con mejor calidad y con mayor placer..