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Una vez lo escuché, ya sea una anécdota o una parábola. Érase una vez una mujer que sufría todo el tiempo y estaba insatisfecha con todo cuando le preguntaban por qué sufría tanto. Ella respondió: Estoy a punto de morir, y el Señor me preguntará: “Bueno, querida, cuéntame ¿cómo sufriste? ¿Qué tan malo te fue?”, te lo diré, y él me enviará al cielo. Y ahora que ha llegado el final de su vida terrenal, la mujer se presenta ante Dios y él le pregunta: “Bueno, querida, cuéntale. Yo, ¿cómo supiste alegrarte? La autocompasión es una emoción que, con razón, puede considerarse una de las más destructivas para una persona. Cada vez que te rindes y retrocedes, es ella quien triunfa en ti. Y tú, como Eeyore, mirando un charco, dices: "Es un espectáculo desgarrador". La autocompasión obstaculiza el desarrollo, pero es mucho más fácil dejarlo todo, encender la televisión, tumbarse en el sofá y pensar con entusiasmo en lo cruel y cruel que es. Este mundo es injusto. La autocompasión te impide tomar la responsabilidad en tus propias manos y te susurra al oído que nada depende de ti y que, aunque así fuera, no podrás hacer nada porque no tienes ninguna de las dos cosas. tiempo ni conocimiento. En pocas palabras, es más fácil abdicar voluntariamente de la responsabilidad de su vida y elegir la posición de víctima. Ser una víctima no es tan ofensivo como llevar el título de perdedor infantil. En tal estado, es muy difícil evaluar y controlar adecuadamente la propia condición y comportamiento. Una de las manifestaciones de la autocompasión es el pensamiento negativo. Una persona está dominada por pensamientos ansiosos y depresivos, que la debilitan más de lo que realmente es. Una persona se convierte en un llorón que constantemente siente lástima de sí mismo, trata de reunir a su alrededor a personas a quienes pueda quejarse de la vida y de la injusticia mundana. Pero si aún quiere deshacerse de la autocompasión, intente comenzar con la gratitud. Adquiera el hábito de agradecer a todos y a todo: la mañana por el sol, la tarde por la lluvia, los seres queridos por una sonrisa, el gato por una canción. Esto ayuda a formar pensamientos positivos. Y tal vez entonces podamos responder a Dios cómo supimos alegrarnos. Si quieres superar las emociones negativas, el juego psicológico "El viaje del alma" te ayudará. invito a todos.