I'm not a robot

CAPTCHA

Privacy - Terms

reCAPTCHA v4
Link



















Original text

Existe el mito entre los clientes de que, supuestamente, durante una sesión con un psicólogo se llevan a cabo conversaciones ordinarias: el psicólogo hace algunas preguntas, el cliente responde. La pregunta es, ¿por qué diablos es necesario? Puedo hablar de todo esto con mi novia/novio y también beber y comer algo al mismo tiempo, pero la tarea de un terapeuta familiar no es escuchar a otra familia más). historia, no para juzgar quién tiene razón y quién no. Es decir, para corregir relaciones que antes eran funcionales, pero que ahora se han vuelto disfuncionales (han salido mal, dice la gente). Eran funcionales y se volvieron disfuncionales. Si el problema con el que acudieron los clientes fue agudo desde el inicio del matrimonio, el trabajo es completamente diferente. Por eso yo, como terapeuta, busco excepciones al sufrimiento (episodios exitosos en una serie de otros fallidos). No preguntes cómo se ofendieron los cónyuges y quién hizo lo que dijeron (como lo haría un amigo). ¿Y cómo en situaciones similares lograron no pelear y apoyarse mutuamente? ¿Qué hizo cada uno de ellos de manera diferente? Hay un recurso en esto, ver esta diferencia y mostrársela al cliente es parte de la solución al problema, pero incluso aquí no todo es tan simple y esta misma diferencia, por un lado, debería. ser comprensible para el cliente, por otro lado, ser precisamente una metáfora aquí está nuestra visión binocular. Su esencia radica en el hecho de que la transmisión a la retina del ojo izquierdo y derecho permite crear una imagen tridimensional de un objeto. Si las imágenes de los ojos izquierdo y derecho coinciden completamente, la imagen parece plana; si las imágenes son muy diferentes, entonces la percepción es imposible. Del mismo modo, en terapia, si la visión del terapeuta coincide con la del cliente, el trabajo terapéutico no se realizará. Si hay una fuerte confrontación, entonces habrá una falta de contacto terapéutico o una lucha de significados. Por eso, en mi trabajo utilizo técnicas y preguntas especialmente desarrolladas que conducen a un efecto terapéutico. Por ejemplo, la pregunta: - qué. ¿Qué hiciste exactamente para que tu cónyuge ) (comenzara a beber más, a prestarte menos atención, a pasar más tiempo con amigos, etc.) Por cierto, a los clientes no les gusta mucho esta pregunta porque, a primera vista, Parece absurdo. Pero, como suele decirse, en todo chiste hay una pizca de chiste. Y estas preguntas también vuelven al cliente hacia sí mismo, comienza la terapia... Armonía para todos.💙