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Mamá es una figura clave no solo en la vida de cada uno de nosotros. En muchos ámbitos y temas de trabajo, la madre y la relación con ella es algo que es objeto de un análisis cuidadoso y profundo. Para nuestra maternidad, que ya existe, así como para la maternidad que realmente queremos, pero que nunca llega, este tema es el primero en la agenda. Cuánto se esconde detrás de la frase: "¡Oh, mi madre y yo tenemos una relación normal!" En el proceso de trabajo, como de la caja de Pandora, de la caja de Pandora salen volando las siguientes cosas: envidia de que mi madre sea una mujer de pleno derecho (y no puedo quedar embarazada), ira y rabia porque quería un niño. (pero nació niña), resentimiento por no elegir un papá “normal”, odio por no dar suficiente amor, no aceptar, no proteger. No te enseñé a comunicarte con los hombres, no te enseñé a amar tu cuerpo. Ella no mostró un ejemplo de una familia normal, y ahora hay que seguir el camino trillado y encontrar los mismos baches, repitiendo el guión o vivir según el contraguión, que también se trata de depender del modelo de la madre. Mi madre y yo somos mejores amigas. No hay nada de malo en esa interacción si se trata sólo de confianza y apoyo. Sin embargo, una hija adulta que va al ginecólogo con su madre, la madre controla el horario de relaciones sexuales y otras cosas "demasiado" no sólo en el área de planificación del embarazo debería generar señales de alerta. ¿La hija es una mujer adulta o una niña que juega a ser adulta? Odio a mi madre. Cualquier extremo suele tener que ver con la unilateralidad, la falta de integridad y la inmadurez. Tenemos derecho a cualquier sentimiento y reacción, no estamos obligados a amar a alguien. Pero el odio, como antípoda del amor, no nos hace libres; esto también hay que tenerlo en cuenta. "Odio a mi madre, así que me vengaré de ella haciéndome imposible convertirme en abuela", la frase salió bruscamente, como por sí sola. ¿Y quién sufre más aquí: una madre fracasada o una abuela fracasada? Mi madre tenía mucho frío. Por eso quiero arreglar esto lo antes posible: dar a luz a un niño y amarlo como es debido. Estar ahí el mayor tiempo posible, nunca irte y siempre apoyar. Y muy a menudo en esta situación quieres tener una hija, aparentemente no por casualidad. Decirle que es la más bella, la más inteligente y tal vez ella misma lo crea... Da mucho miedo ser madre cuando ves la imagen de tu madre ideal (“¿Y si no puedo volver a ser la misma?”) o una madre que no fue lo suficientemente buena (“¡Nunca le haré eso a mi hijo!”). Y una vez que te has ocupado de tu madre, es más fácil avanzar hacia la maternidad. Única, inimitable, con sus altibajos. Para decir un día: “¡Mamá, ahora yo también soy MADRE!” © Se permite citar/copiar este artículo (o parte de él) con la indicación obligatoria del autor y la fuente de la cita Búsqueda independiente de las causas de SU infertilidad: el cuestionario “Infertilidad: ¡lo resolveré yo mismo!” + transcripción en formato PDF (15 páginas). Más detalles aquí.