¿O tal vez le prestas demasiada atención a tu ego, que surge de opiniones, suposiciones, miedos, etc.? Te obliga a entrar en un marco y te resulta difícil ver tu yo real y una salida a situaciones recurrentes, malestar y dolor. ¿Cuál es el primer paso? Es bastante simple: tan pronto como ocurra algo desagradable, no empieces a pensar en ello con tu cerebro, no te regañes, sino siente tu cuerpo, todas las partes a su vez, sigue tu respiración (nota cómo es y, tal vez, profundizarlo), determina dónde está ahora en tu cuerpo esta emoción o dolor tuyo, cómo se ve (carácter, elemento, de qué color, forma), observa simplemente, sin juzgar si es bueno o malo. te permitirá sentir más que este sentimiento incómodo, expandirte y ya no estar en su poder. Esto calmará la mente, dará conciencia y dejará espacio para la percepción de una imagen más clara y realista (desde aquí y ahora) de lo que está sucediendo..